sábado, 2 de octubre de 2021

R. Santos.

 





    Entonces no merece más consideraciones 
    es el final del principio,
Al revés es cuando las cosas no terminan nunca. Mis alas no son más que yugo 
de un fruto envenenado 
un incierto paraíso 
que genera un camino equivocado. 
        Me veo en tropel como uno más de tantos, solo, hacia ninguna parte....
(Aparentemente acompañado)
En realidad
Solo.
Nada más que solo.


viernes, 18 de septiembre de 2020

él

 


Trazo gaviotas de papel 

Saudade 







Desando.

Borro el abismo tenuemente y aparecen flores extrañas de las que no sé los nombres 

y las ausencias aún pensando son un dulce veneno porque tenemos el peso de los cuerpos en el papel

En la ropa mojada en los tendederos circunspectos, en las estaciones de tranvía sucias y olvidadas 

Pero aparecen flores como gente que recupera cosas que no sabíamos que existían 


Trazo gaviotas de papel. Espero el salado labio del mar. La ingravidez de la espuma.


Allí no hay abismo solo eres tú y la distancia es aquella tarde donde en que lugar cómo

jueves, 2 de julio de 2020














Que le pasaría a Goya los últimos años de su vida.


           pienso mientras despierto de una siesta donde se han borrado todos los mejores años de mi juventud.
Mientras he despreciado a todas mis amistades.

  Seguramente es que nunca nos alcanza es que nunca es suficiente.

Que le pasaría a Goya los últimos años de su vida.

Mientras mi terraza se llena basura, las letras se borran, y el frío aparece en todas direcciones 

Que me pasaría para ver un panorama tan negro y no querer verte. Ni querer verme. Ni siquiera querer saber que ocurre a mí alrededor.

Quizá por eso algunos muros se vuelven opacos durante muchos años
quizá por eso es que a Goya algo le pasó en los últimos años de su vida.















lunes, 22 de junio de 2020

Ágil de uno en otro voy saltando
mientras voy huyendo de mi mismo.
Lo mismo me engordo o me hago flaco
según gravedad y compromiso.
¡Grito, no me oyen, yo muriendo!
Gritan, y les oigo y les acudo
sin llegarles. Sin llegarme a mi el aliento
vuelvo a mi boquete sordo y mudo.
Ansias que me explotan desde el pecho,
fuego, solo brasas, chimenea,
líquido, procaz, lleno de miedo
rabia, pena, odio, complacencia.
Lloro poco todo lo que pienso
mientras la cabeza se me anega
de tragedia propia, de universo,
de dolor real, de pena ajena.


Tengo treinta pieles sobre los huesos.
Tengo treinta mantas que no abrigan del todo.
Treinta suelas para pisar asfalto. Nunca carriles, ni hijuelas ni veredas ni para cruzar arroyos, porque se mojan.
Treinta yoes. Uno encima del otro, y aún así

noto la piedrecita.

martes, 9 de junio de 2020

JACKPOT





jackpot 






Cómo recuerdo aquella tarde, el cielo todo era una extensa vidriera de una iglesia neogótica, las vidrieras presentaban inusuales colores, en el rosa chicle se mascaba la tragedia.
Por lo demás era todo normal. Pero aquella tarde mientras hacía la siesta vi la vidriera formando parte de un bizcocho, me explico, de pronto esos colores neogoticos eran como una de esas bandejas de fruta escarchada que en navidad nadie se come y que acaban como por extraño ritual, aburridas en un armario.
Alguien se me había adelantado en la idea de hacer un bizcocho. Un reguero negro delataba al infractor.
Cuando abrí el armario sin explicar cómo lo habían hecho la caja hermética y transparente de vidrieras estaba llena de hormigas que seguramente nunca alcanzarían la altura de un plemento en una bóveda.
Supongo que cada uno apaga los recuerdos y la sed con lo que más a mano tiene.
Cómo aquella tarde que tuve que llamar a un oso hormiguero para que liquidara la cuestión, y si,
también me trajo un bizcocho.


a veces, ni en las palabras

 hallamos. (La temida transparencia.)
Puestos a descolgar,
 
      porqué no deshacer un alfabeto y dejar que el viento deshaga, sin mirar, nadie, océanos, oscuros.
porque no hay tiempo, ni espacios quietos

Sin aproximaciones numéricas
sin adjetivos que acerquen una piel   irreconciliable de otro modo.

en las palabras
vemos los cuerpos opacos
que están ahí

siempre a punto de nevar en el calor que buscamos.

siempre decir que casi nunca las palabras
son aproximación
A la noche, definitiva.

R. Santos.